Me rehuso

Me sorprende ver cómo está la sociedad. Es más, ¡me ALARMA!

Al inicio de la pandemia, cuando todos estábamos espantados y encerrados, escuchaba, veía y leía en las redes sociales una sociedad más unida y más humana. ¿Qué nos pasó?

¿Acaso los seres humanos somos tan hipócritas incluso con nosotros mismos?

Me niego a aceptar que así somos. Me niego a aceptar que soy parte la generación que regreso de una pandemia con más envidia, con más coraje, con resentimiento y con odio hacia los demás.

Me niego a ser de la generación que convierte una herramienta tan increíble como EL INTERNET Y LAS REDES SOCIALES, en el arma más letal capaz de dañar a tantas personas con comentarios racistas, comentarios clasistas, juzgando, señalando, opinando de la vida de los demás, como si supiéramos lo que ellos viven. Haciendo ataques disfrazados de cumplidos y esto va para las ¨mujeres y amigas¨ que lo hacen. Muchas veces el “te lo digo en buen plan o es una crítica constructiva” es más bien destructiva, una burla o ataque disfrazado de sonrisa.

Y me niego a escuchar : AY ANA, ASÍ ES Y ASÍ SERÁ, NADIE LO VA A CAMBIAR, ¡NO TE DESGASTES!

Claro que me voy a desgastar, claro que así NO debe de ser y así NO SERA, me niego a aceptar que nos estamos destruyendo entre nosotros. No culpemos a MERCURIO RETRÓGRADO, hahah porque estas semanas resulto que todo era su culpa, hagámonos responsables de nuestros actos.

Me niego a vivir en una sociedad con miedo al de enfrente, con desconfianza, con miedo a ser juzgada por opinar o no hacer o ser lo que los demás quieren. Con miedo a decir, hacer, vestir, postear, equivocarme, caerme, reír cuando supuestamente no debo, me dan miedo los ataques disfrazados de cumplidos y me niego a vivir con más miedo de la sociedad que de caminar en una cuerda floja a millones de metros de altura.

¿Quienes nos creemos para señalar a los demás? ¿Quiénes nos creemos para juzgar la vida de los demás? ¿Quiénes pensamos que somos al burlarnos del aspecto físico o decisiones de los demás? Yo no soy perfecta y he cometido muchos errores. He sido parte de  comentarios  hirientes y pláticas que con tono de burla han hecho sentir mal a alguien,, he juzgado y señalado, no lo niego. Me siento mal de haberlo hecho, pero me sentiría mal de ¡no reconocerlo a tiempo para cambiar! Cada día trato de ser más consciente cuando eso pasa y trato de no repetirlo.

Me rehúso a ser parte de esta generación que transforma lo positivo en negativo, que sólo ve lo malo en las personas, sin entender que todos estamos viviendo el mismo paso por este mundo, tratando de hacer con la vida que tenemos, lo mejor que podemos.

Me rehúso a pensar que así es, así será y nadie lo va a cambiar, ¿porque no?

En el pasado alguien se rehusó a algo e hizo lo DIFÍCIL: lo que todos le dijeron “¿para qué lo haces si las cosas no van a cambiar?” y lo LOGRÓ, solo haciendo lo DIFICIL, SE CAMBIA EL RUMBO.

TODOS LOS DÍAS, intento alejarme de señalamientos, de chismes, de pláticas innecesarias, burlas o chistes, trato de callarme si lo que diré o escribiré le hará daño a alguien, incluso cuando pensamos que hacemos un -favor o cumplido- al hacerlo. Trato de cambiar mi mundo, mi alrededor y no me voy a conformar con ser parte de esta generación que vive sin pensar en el de al lado.

Solamente cambiando nosotros por dentro, vigilando lo que hacemos, lo que decimos y arrastrando con hechos nuestras palabras, PEQUEÑOS ACTOS LOGRAN GRANDES CAMBIOS!